adre Guardián del Convento Saint-François de Morgon, Francia
Después de leer esta obra no me queda más que felicitar y agradecer a todos aquellos que colaboraron generosamente y con perseverancia en su elaboración.
En estas líneas encontramos:
– Una fidelidad exacta y preciosa a las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo y a la auténtica Tradición de la Iglesia,
– Una exposición objetiva y apacible de los hechos y declaraciones que tuvieron lugar con relación a la primera parte del Sínodo,
– Asimismo una previsión clarividente del curso de los acontecimientos.
Este libro permite constatar una vez más el estado dramático en el que se encuentra la iglesia conciliar. El espíritu del Vaticano II se encuentra completamente dentro de este sínodo. ¡Las autoridades católicas actuales ya no siguen más a Nuestro Señor Jesucristo! Siguen arrastrando el mundo hacia la perdición y va a degradar todavía más a nuestra Santa Iglesia, Madre y Maestra de verdad, Esposa inmaculada de Nuestro Señor Jesucristo.
Que aquellos que tendrán el valor de alzar sus voces con autoridad sean numerosos para denunciar esta desnaturalización profunda e intensa de la Bella Moral Católica. Quizás serán como los profetas del Antiguo Testamento quienes predicaban en el desierto, constatando con horror como el profeta Isaías que sus « Contemporáneos beban la iniquidad con el agua… ». ¡Al menos tendrán el Consuelo de haber hecho su verdadero deber ante Dios!
Lo que es más terrible y desgraciado en medio de todo esto es que el sentido del pecado, y sus consecuencias, desaparecen cada vez más, lo que conduce por el mismo hecho a tener falsas nociones acerca de la caridad, la bondad y la misericordia de Dios y, en definitiva, a la inutilidad de la Redención de nuestro Salvador.
¡Que la Sagrada Familia, de donde ha nacido nuestro Salvador tres veces Santo, interceda con la Santísima Trinidad para que los verdaderos valores católicos de la familia tengan otra vez su lugar primordial en la Iglesia, para que la santidad cristiana florezca en los cuatro rincones del mundo y para que la faz de la tierra sea renovada para siempre tal y como lo recitamos en el « Veni Sancte Spiritus »!
Fr. Antoine de Fleurance O.F.M Cap.
Padre Guardián del Convento Saint-François de Morgon, Francia.
Firma la suplica dirigidal al papa.
Ayudanos !